La situación que padecen los trabajadores de Iberia en el aeropuerto de Barcelona puede llevar al límite la operación estival.
La expectativa de récord en el número de pasajeros, el aumento de líneas por parte de Vueling, que prevé operar más de 400 rutas con un déficit de tripulaciones que está provocando retrasos y cancelaciones y la falta de medios que facilita Iberia como operador de handling, son el cóctel que puede desencadenar un colapso total de las operaciones este verano. Si a esto se le une escalas programadas de 35 minutos para cumplir con la operativa programada, nos encontramos ante la imposibilidad de cumplir con los horarios previstos.
Las consecuencias son múltiples retrasos que sufren los pasajeros y trabajadores de Iberia, empresa encargada de prestarle los servicios de handling. Insultos y malos tratos, prolongación de la jornada con horas perentorias…. Son algunas de las consecuencias.
Iberia no cubre con personal suficiente el aumento del tráfico.
Iberia contrata y programa en función de las horas de vuelo programadas y no tiene en cuenta el desfase horario de las demoras que se producen. Esto se cubre con las horas perentorias, es decir, con horas extras que realizan los trabajadores del turno de tarde. Trabajadores que ya están hartos y que no pueden conciliar por el abuso de esta medida. A Iberia le resulta más barato que sus trabajadores hagan esas horas que contratar personal entre otras cosas, porque las paga mal, incumpliendo lo que establece la ley en materia de horas extras/perentorias: deben pagarse al menos como una hora ordinaria, art.35 del E. T.
Además, se llega tarde a los embarques, a poner calzos y escaleras, a veces faltan autobuses para los embarques y desembarques de los vuelos, faltan push-back en las salidas, los coordinadores van de dos en dos y no atienden de manera correcta sus vuelos. Prisas, embarques rápidos que se cuadran como se puede…. la entrega de equipajes se demora más de lo permisible.
Todo esto rápido y mal, con estrés y ansiedad porque Iberia exige porque su cliente principal, le exige.
Un dato: en el año 2005 eran más de 85 coordinadores y varias decenas de eventuales en verano y ahora no llegamos a 50 y unos 40 eventuales, con bastante más tráfico que entonces.
En este sentido cabe preguntarse qué hace Aena y cuál es su papel. Como gestor y garante de nuestro sector aéreo debería exigir que se cumplan todas las premisas en materia de seguridad y compromisos que los operadores de handling y compañías aéreas adquieren cuando se comprometen a volar. Lo ponemos en duda: 250 trabajadores subrogados de Groundforce a Iberia el pasado mes de noviembre siguen percibiendo mal sus nóminas, tal y como establece el convenio de sector de handling y las premisas en los pliegos de condiciones en los concursos de handling.
Rizar el rizo. Con la firma del último convenio, los trabajadores de Iberia cedieron 14 días adicionales que ahora se antojan inasumibles. Como alternativa a lo que se está viviendo, muchos han solicitado días de permiso sin sueldo que Iberia deniega, teniendo derecho a ese disfrute si son menos de 15 días y en las proporción 1 trabajador por cada 40 o fracción, tal y como establece el XX convenio colectivo de Iberia en su art. 160, apartado a.
Es una cuestión de costes. La plantilla no había vivido una situación de “kaos” como la que se está viviendo y se prevé de cara a las próximas semanas.
Históricamente la plantilla de Iberia se ha caracterizado por su profesionalidad y valentía a la hora de afrontar los retos que han tenido delante. Son los percusores de la aviación en este país y se sienten orgullosos de ello, pero sin medios, sin los recursos necesarios, sin la formación adecuada, el fracaso y los problemas están garantizados.
O se ponen en marcha soluciones inmediatas o CESHA no descarta el inicio de paros y movilizaciones.